viernes, 31 de mayo de 2013

Te extraño desde el día en que te fuiste,
Desde el día que no me has vuelto a hablar,
Desde el día de la muerte de los sueños,
Desde el día en que llego nuestro final.
Y sigo aquí esperando a que regreses,
Que digas que no fue fácil de olvidar,
Que nuestra historia aún sigue viva,
que la llama se puede reavivar.
Sabes?
Puede que nunca te haya dicho esto, pero desde un principio sabía que éramos el uno para el otro.
Que por qué lo sabia?
Porque esas miradas no eran como las demás, porque esas sonrisas cuando nos mirábamos expresaban mucho más de lo que nuestros labios decían.
Porque los días que no hablaba contigo, sentía que me faltaba algo, que mi día no estaba completo. Y ahora, entiendo eso de que después de la tormenta siempre sale el sol, porque un día apareciste tú, para darle brillo a mi vida, para darle sentido a mi mundo.
Y que más puedo decir, pues que desde el primer día te he querido como a nadie, te he soñado cada noche y pensado en ti cada día, que cada canción, cada verso, cada poesía, las escribía para ti, bueno amigo, solo me queda decirte lo mucho que te quiero.
De un rosal arrancar una rosa, la más bella, y aunque sus pinchos duelan, merece la pena sufrir por una rosa tan hermosa.
Quiero mirarte a los ojos y ver que nada cambiado,
que todo sigue igual, que nada nos ha pasado,
pero se que no es así, que todo es diferente,
se que algo a cambiado en nuestro presente.
Puede ser que la llama se haya apagado,
o que un viento fuerte nos haya derribado,
puede ser que la tormenta nos arrastrara,
quizás era el momento de que todo terminara.




Cerca del final

Es en ese momento en el que te fallan las piernas, en el que tiembla la voz, en el que ya no eres dueño de ti mismo. Ese momento en el que empiezas a recordar las cosas que has hecho en tu vida, y en ese momento escuchas una suave melodía al fondo, esta es tu despedida.
Te sientas en una piedra, y comienzas a repasar paso a paso, todos los momentos que has vivido, los analizas, y es ahí, cuando te das cuenta de todo, es ese instante en el que las lágrimas comienzan a caer por tu rostro.
Esa melodía imaginaria que suena, cada vez suena más fuerte, y tus pensamientos cada vez gritan más, y todo esto hasta que estallas...
Hasta que ya no puedes más, te levantas, y no sabes si saltar... Y en eses momento, en ese pequeño instante, en el que estas a punto de saltar...  recuerdas su nombre, escuchas su voz, piensas en los momentos a su lado, y aunque quieres saltar, tus piernas ya no te responden, te sientas en el frío suelo, y comienzas a llorar.
Cuando parece que ya todo a pasado, te levantas, te alejas de ese acantilado, y sigues tu camino hacia la vieja ciudad...
Y ahí continuará tu historia, porque aún sigues aquí, en el mundo, porque has decidido quedarte aunque no sabes si será por mucho tiempo...
Quise ser aire para vivir en libertad,
quise ser agua para recorrer el mundo,
quise ser estrella para iluminar la vida,
quise ser, lo que nunca pude.